Evaluación Ambiental Estratégica y Ruido

La Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), es una herramienta que permite mejorar el enfoque ambiental de los Instrumentos de Planificación Territorial (IPT), entregando como resultado un uso del suelo más eficiente y armonioso.

De la experiencia internacional, se evidencia que la exposición de la población al contaminante ruido no se resuelve únicamente con el control de la emisión del ruido generado por las múltiples fuentes que existen, sino también, con un adecuado ordenamiento del territorio respecto a la ubicación y relación entre fuentes emisoras de ruido y receptores.

En este contexto, se identifica a la planificación territorial como una medida estructural para el control del impacto del ruido ambiental sobre la población.

Necesidad de Diagnósticos

Para abordar cualquier proceso de planificación territorial incluyendo la variable ruido ambiental, se debe contar con diagnósticos que permitan identificar las fuentes de ruido más significativas y el impacto que estas generan sobre el territorio y sobre la población actual y proyectada.

En la figura, la zona roja identifica niveles de ruido inaceptables para el periodo nocturno, en sectores de la comuna de Buin, en la Región Metropolitana (Mapa de Ruido Ruta 5 Norte Sur – tramo concesionado, 2019). Mientras al oriente de la ruta se identifica el impacto consumado sobre sectores residenciales, al poniente se muestra un área afectada por altos niveles de ruido y potencialmente generadora de importantes efectos adversos a la salud si dicha área se habita residencialmente, lo cual debiese ser adecuadamente considerado al momento de establecer nuevos usos de suelo en dicho sector.

Por situaciones como ésta, uno de los principales resultados obtenidos de dicho estudio, es la recomendación de restringir o condicionar el uso residencial o de equipamiento educacional o salud a menos de 150 metros de la ruta.

Criterios de Mitigación de Ruido

Los principales criterios que se impulsan a través de la EAE, para mitigar la exposición al ruido desde la planificación territorial en las zonas urbanas, son los siguientes:

  • Restringir usos de suelo sensibles al ruido como residencial, equipamiento de educación, salud y otros en zonas con altos niveles de ruido.
  • Condicionar la definición de usos de suelos sensibles, como permitidos en zonas con altos niveles de ruido, con la implementación de aislamiento acústico de la envolvente de fachada de las edificaciones que ahí se construyan.
  • Definir zonas urbanas con usos de suelo compatibles, promoviendo que no convivan aledañamente sectores residenciales con actividades de esparcimiento de ocio nocturno (pub, discotecas) o actividades productivas (talleres, industrias, etc.).
  • Definir zonas urbanas de transición entre zonas industriales y zonas residenciales para disminuir la fricción urbana.
  • Impulsar zonas de bajos niveles de ruido, con la transformación de vías de tránsito vehicular a paseos peatonales y uso exclusivo de bicicletas.
  • Limitar el exceso de densificación en sectores con altos niveles de ruido.
  • Optar por la ocupación del territorio en zonas con altos niveles de ruido con usos de suelo menos sensibles a este contaminante, tales como, actividades productivas, infraestructura y cierto tipo de equipamiento.